Cada pieza de Juliana Bravo es un amuleto único, delicado y minucioso que nace de los recuerdos y vivencias que la artista plasma en dibujo y se extiende hacia la escultura por las manos de artesanos de la cuenca del Sinú y Mompox, quienes transforman la línea en hilos de oro y plata, resguardando en su centro la magia de la protección y lo sagrado.

Como una marca consciente, busca el equilibrio y la sostenibilidad en el uso de materia prima reciclada de la industria médica y eléctrica, Plata de Ley 925.